sábado, 16 de noviembre de 2013

"LA DAMA BOBA"

 

“El hombre sólo tiene acceso al mundo por mediación de la representación”, afirma Daniel Meyran en su artículo “Teatralidad e historicidad”. Y es a través de la representación de la sexta escena de La dama boba que Avelino Juárez, alcalde de Tepan, advierte la posibilidad de que a su pueblo llegue la alfabetización. Como también menciona Meyran, al definir la Historia como la recuperación del pasado y a la historicidad como el sesgo inmaterial que aquella produce, lo mismo que la literiariedad, ya propuesta por el Formalismo ruso, y la Literatura, el individuo participa de la historicidad, es decir del presente constante que le hace “ser”. La historicidad, en el texto de Garro, viene a equipararse con la realidad (sustancia) de la que no participan los pueblos de la obra: Tepan y Coapa, que en ocasiones nos parece que se encontraran suspendidos en el tiempo. Pero es Avelino Juárez que, como una alegoría, representa la idea de Meyran: de la construcción de la Historia no participa solamente el sistema oficial, también la conciben las zonas limítrofes y existen en ella. A partir de la representación del discurso, no de la obra (como “referente histórico” y oficial) Avelino repara en que Tepan puede acceder al conocimiento, al progreso y puede empezar a existir; idea que se significa cuando los tepanos aparecen vestidos con atuendos del siglo XVII; es decir que ya participan del discurso. Por otra parte, entre las ideas que encabezan el artículo de Juan Villegas, resaltan los conceptos de objetividad y de competencia cultural del espectador. Si bien ambos atañen a los espectadores, es posible incluirlos en el texto de Garro por los dos niveles miméticos que componen la obra: Avelino, Salvador y sus respectivos pueblos son personajes, pero también son espectadores de la compañía de teatro ambulante. En cuanto a la objetividad, Avelino Juárez es el mejor ejemplo. El personaje no se percata de que es una representación, pues, como afirma Villegas: el destinatario desea “una narración ceñida a la verdad de los hechos descritos”. Para Avelino no son importantes las disyuntivas que plantea Lope de Vega en su obra, en su carácter pragmático pretende nada más a un maestro que alfabetice a los habitantes de Tepan. El segundo punto, la competencia cultural concierne tanto a los personajes como a los espectadores reales, sobre todo a estos. Y el recurso que emplea Garro actúa recíprocamente: suple tanto en la realidad como en la ficción el desconocimiento, pues entera, sobre todo, como se ha dicho, a los espectadores reales del referente dramático.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario