Al
igual que en otros textos, como en Los
albañiles (novela, adaptación dramática y cinematográfica), Vicente Leñero,
en La noche de Hernán Cortés,
presenta un espacio mimético fragmentado en distintas temporalidades: 1547,
1990, 1522, 1519 y 1524, conglomerado de épocas que, simultáneamente, revelan
el estado físico y espiritual del conquistador, derribando algunos de los
presupuestos paradigmáticos que lo representan – y que Northrop Frye denomina “mitos
históricos”, generadores de la “falacia poética”, cita Hayden White-, y
evidenciando, lo que no han hecho otros dramaturgos, que lo menciono no como si
fuese un error, sino como resultado del perspectivismo al que también alude
Hayden White, su posterior decadencia; este es el Cortés de Leñero. Y Leñero,
como menciona Hayden White, al evocar las consideraciones de R.G Collingwood y
la metáfora del “otro lado de la mesa”, actúa a través de la “imaginación
constructiva” para materializar los diferentes estados, históricos y
personales, de Cortés. Así, menciona Hayden White, la narrativa histórica, en este
caso la representación histórica, no puede ser la reproducción de algunos
acontecimientos capitales, si no su reelaboración; las posibles relaciones que
permanecen subterráneas y que solamente la literatura es capaz de descubrir. Y
esta desestabilización de la oficialidad también se observa en la memoria de
Cortés. Como archivo histórico ha perdido toda lucidez y proporción, pues va de
López de Gómara a su secretario, incluso este y el enano, en algunos momentos,
son los encargados de escribir la historia. Esta idea alude a otra de las citas
que Hyden Whithe hace de Northrop F., cuando este afirma que la Historia se ha
construido a través de la ficción, como los relatos y las crónicas; el cariz de
oficialidad y exactitud lo han adquirido posteriormente. Por otro lado, se
mencionaban las abismaciones temporales que produce Leñero en la pieza: de
momento se observa a Cortés en Coyoacán y después persiguiendo a su esposa
Catalina en Cuba. Sobre las mixturas temporales, Hayden White cita la actitud
de Levi Straus, que afirma que la ordenación no es esencial para el discurrir histórico
y esto evoca la manera en la que Leñero
ordena su mímesis.
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