lunes, 18 de noviembre de 2013

"LA MALINCHE" DE RASCÓN BANDA

 
Lindenberger considera que el teatro histórico debería ser, entre los géneros dramáticos, el más realista. Pero en la pieza de Rascón de Banda advertimos la transgresión de este axioma, pues no observamos la construcción arqueológica del personaje, como en la obra de Gorostiza, sino la deconstrucción. La malinche de Rascón Banda se revela como un ser fragmentado, a veces aparece como una diputada o una reportera y otras como una efigie que evoca su pasado histórico frente al psicoanalista.  Lindenberger estima que el asunto histórico, en la antigüedad era equiparable al mito; por lo tanto, la representación era, citando a Horacio, un asunto públicamente conocido. Rascón Banda sigue esta línea y ofrece la significación universal que se le ha otorgado a la malinche y con la que todos estamos familiarizados; incluso en el texto se citan las consideraciones paradigmáticas de Octavio Paz, pero, como menciona Lindenberger, el dramaturgo lo hace evidenciando la continuidad entre el pasado y presente, a través de la familiarización; y es muy interesante observar, por un lado, que Rascón Banda intente la desmitificación de la malinche y, por otra, reafirme algunos de los presupuestos que se tienen sobre el personaje, como el que ella y Cortés sean los responsables directos de la matanza del templo mayor.   Asimismo, Lindenberger propone tres niveles de la realidad escénica del género histórico: los materiales históricos que pretenden recrearse,  la refundición del dramaturgo para dar un sentido a la continuidad histórica y el significado que adquiere para los receptores. La malinche de Rascón Banda, como lo vemos, no pretende reconstruir el pasado si no otorgarle un sentido. Por otra parte, las consideraciones de Buero Vallejo son análogas a las de Lindenberger. El dramaturgo español estima que el drama histórico no debe atender al rigor documental, sino a las significaciones y “debe iluminar el presente, a través del pasado”. Esta extrapolación la observamos en la mayoría de las escenas, pero entre las más destacadas se pueden mencionar: la malinche, a través de un romance expone el pasado y presente de la conquista y ya no quiere ser alegoría de la traición; un diputado quiere que se nombre como verdadero padre de la patria a Hernán Cortés (otredad); y una de las escenas más significativas: las epidemias que se corresponden con la transculturación y la paulatina muerte de “lo mexicano”.

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